Nuevas víctimas de procedimientos estéticos

Algunas fallecieron en medio de las intervenciones y otras durante procesos de recuperación que se complicaron.

En la medida que se tengan los protocolos muy claros de la seguridad del paciente hay menos riesgo de que ocurran estas complicaciones”

Gabriel Leonardo Ramírez, urgentólogo.

Darly, Jenny, Danay, Gladis y Bertilda son las cinco mujeres que perdieron la vida este año como consecuencia de procedimientos estéticos en el Valle de Aburrá. Algunas fallecieron en medio de las intervenciones y otras durante procesos de recuperación que se complicaron.

El caso más reciente fue el de Darly Giovanna Arenas Suárez en un consultorio del barrio Laureles, occidente de Medellín, el pasado 3 de agosto. Esta mujer viajó desde Guatapé para cumplir con la valoración en la quinta semana de recuperación de una liposucción y una cirugía de glúteos.

Esta ama de casa y madre de tres hijos tuvo una complicación en medio de la revisión del procedimiento y se desplomó dentro del consultorio. Inmediatamente el personal que estaba allí intentó reanimarla, pero su corazón no respondió y falleció a sus 45 años.

Este fue el tercer caso en Medellín, luego de la muerte de Danay Gisela Padilla Rodríguez, de 42 años, quien falleció el 7 de julio por una liposucción en un quirófano de El Poblado.

El restante en la ciudad fue el de Bertilda María Cogollo Díaz, de 51 años, el 5 de marzo por cuenta de tres procedimientos que se practicó.

Los casos de Bello fueron los de Jenny Stephanía Henao Vanegas, de 29 años, el 28 de abril, y Gladis del Pilar Posada Caro, de 51 años, quien falleció después de un procedimiento en el abdomen el 9 de julio.

Los cuidados son de parte y parte

La muerte de estas cinco mujeres se pudo deber a las complicaciones inherentes a la intervención, como son coágulos, trombos o infecciones que se pueden presentar durante la intervención o días después. También investigan si hubo un mal manejo del cuidado del procedimiento. Gabriel Leonardo Ramírez, urgentólogo y coordinador médico de urgencias de la Clínica CES, explicó que los riesgos se distribuyen entre los propios de la intervención y el incumplimiento de los protocolos, tanto por parte del paciente como del centro donde se realizan la cirugía. “En la medida que se tengan los protocolos muy claros de la seguridad del paciente, hay menos riesgo de que ocurran estas complicaciones”, informó el médico. En el caso de Jenny Stephanía, el sitio donde se intervino fue sellado por las autoridades porque era un centro de estética, el cual no estaba habilitado para operar, según informó la Alcaldía de Bello. Sobre el lugar donde Bertilda María se hizo su mamoplastia, lipotransferencia y cirugía de párpados poco se supo porque murió en su cama al lado de sus familiares, quienes no quisieron entregar detalles a las autoridades ni a quienes preguntaban por lo ocurrido. En los otros tres casos, autoridades y responsables de los sitios donde ocurrieron las muertes y los procedimientos señalaron que todos estaban en regla, según lo exigido por el Ministerio de Salud a través de la resolución 3100 de 2019, y los fallecimientos fueron parte de los riesgos tomados a la hora de operarse. El urgentólogo Ramírez explicó, usando el ejemplo de las lipoesculturas, que estas requieren unos equipos específicos, que en caso de ser mal utilizados pueden provocar perforaciones en la pared abdominal o en un pulmón. También pueden ocasionar la muerte si se lesiona arterias o venas grandes.