la Opinion

Zonas francas, oasis de competitividad y laboratorios de reindustrialización

La inversión de estas zonas francas en Norte de Santander se acerca al billón de pesos y genera más de 6.000 empleos directos.

Angélica Peña Directora Cámara de Usuarios de Zonas Francas de la ANDI

En Colombia, las 124 zonas francas existentes a lo largo y ancho del territorio nacional han sido aliadas fundamentales en el desarrollo económico, social y ambiental del país, atrayendo importantes inversiones a las regiones, muchas de las cuales han visto en estos proyectos su única oportunidad de ofrecer empleo de calidad, progreso, industrialización y profesionalización para su población.

Actualmente, las zonas francas tienen presencia en 20 de los 32 departamentos, registran inversiones por más de 46 billones de pesos de los cuales el 17% corresponden a inversión extranjera directa, han generado más de 152.000 empleos y albergan más de 1.000 empresas.

Sesenta zonas francas están dedicadas a actividades industriales, 47 a la prestación de servicios y 17 al sector agroindustrial. La mayor concentración de zonas francas se registra en los departamentos de Bolívar, Cundinamarca, Valle del Cauca y Antioquia.

El 90% de las empresas ubicadas en las zonas francas colombianas son micro, pequeñas y medianas. Estas empresas, conocidas como usuarios de zona franca están dedicadas en un 33% a la producción de bienes y la prestación de servicios; 49% a la prestación de servicios; el 5% a la producción de bienes y el 13% restante son usuarios comerciales.

En el departamento de Norte de Santander hay cuatro zonas francas. Una de ellas es una zona franca permanente, es decir, en ella se han instalado más de 5 empresas y está principalmente concentrada en el sector industrial.

Las tres zonas francas restantes son permanentes especiales, es decir, son proyectos en los que una sola persona jurídica es declarada bajo el régimen franco. Estas últimas están realizando actividades industriales en los sectores de servicios y agroindustria.

Según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la inversión de estas zonas francas en el departamento supera los 834.000 millones de pesos y generan más de 6.000 empleos directos.

Lo anterior, ha significado un mejoramiento en la calidad de vida de los habitantes y un fortalecimiento en el tejido empresarial de esas regiones que tienen un enorme potencial y que gracias a las bondades de las zonas francas han atraído inversión en territorios con retos en infraestructura, bienes públicos y mantención del orden público.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la Zona Franca de Cúcuta, esta se ha convertido en una respuesta concreta

a las necesidades de infraestructura en esta importante zona de frontera donde se encuentra situada.

Está compuesta por más de 22 empresas del sector comercial, manufactura y logística, entre otros, consolidándose como un verdadero polo de inversión y desarrollo en este departamento, que representa un alto potencial para el país en materia de comercio exterior e internacionalización de la economía local.

Adicionalmente, esta zona franca ha participado de manera permanente en los procesos de reapertura del comercio bilateral entre Colombia y Venezuela.

El régimen franco tiene unas normas especiales de comercio exterior que permite el ingreso de equipos, maquinaria, materia prima e insumos sin el pago de tributos aduaneros.

Así las cosas, los usuarios industriales tienen la posibilidad de acceder a todos los anteriores, producir bienes y servicios que demanda Venezuela y exportarlos.

Este tipo de operaciones representan un ejemplo perfecto de integración de las zonas francas de frontera en las cadenas de valor regionales, ya que los bienes producidos se exportarían directamente a Venezuela sin costos de nacionalización.

La zona franca de Cúcuta se convierte así en un oasis de competitividad fronterizo y en un laboratorio de reindustrialización por medio de la infraestructura desarrollada.

De esta forma, aporta a la internacionalización del país desde su ubicación estratégica en el oriente colombiano y su cercanía con la frontera, actuando como facilitadores de la logística comercial.

Por otra parte, en cuanto a las zonas francas permanentes especiales, contamos con la zona franca agroindustrial Aceites y Grasas del Catatumbo, en Tibú, en donde se desarrollan proyectos de transformación industrial de productos del sector agropecuario, como el aceite de palma y cuya inversión supera los 77.000 millones de pesos.

Desde allí se favorece la creación de oportunidades para pequeños y medianos campesinos, así como para el resto de la cadena agropecuaria.

Aquí queremos resaltar el potencial que tienen las zonas francas de generar encadenamientos productivos con las bondades que esto significa en términos de impacto social y económico para la región.

De igual forma, no podemos dejar de mencionar que la Clínica Medical Duarte, en Cúcuta, también es una zona franca permanente especial dedicada a la prestación de servicios de salud.

La inversión en este proyecto vinculado a la red hospitalaria de la región supera los 80.000 millones de pesos y cuyos activos están representados en equipos médicos, quirúrgicos y de diagnóstico de última generación, lo cual le permite brindar servicios de mediana y alta complejidad, tanto a pacientes del régimen contributivo como del régimen subsidiado.

Aquí, nuevamente, el régimen especial de comercio exterior permite el ingreso de la infraestructura mencionada de manera eficiente y al servicio de los habitantes del departamento.

Por último, se encuentra la empresa Termotasajero Dos bajo el esquema de zona franca permanente especial, se trata de una generadora de energía cuya inversión asciende a los 676.000 millones de pesos y que genera más de 3.800 empleos, lo que equivale al 70% de la población de San Cayetano, municipio en donde está ubicada.

Esta zona franca cuenta con iniciativas sostenibles como la implementación de 9.600 paneles solares con capacidad de 335 megavatios y con los cuales se espera reducir, en el lapso de 10 años, 180.000 toneladas de CO2.

Las oportunidades para lo que resta del año 2023 y para el año siguiente son significativas. El régimen franco es lo suficientemente flexible para albergar proyectos productivos de alto valor agregado y que impactarían de manera positiva el desarrollo del departamento y de la región de frontera.

Hacemos un llamado a los empresarios para que conozcan el régimen de zonas francas y aprovechen las oportunidades que éste les brinda.

TABLE DE CONTENIDO

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2023-10-29T07:00:00.0000000Z

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