la Opinion

PERSPECTIVAS DEL DOLAR´ PARA 2024

Las menores expectativas de recesión fuerte en Estados Unidos no deben confundirse con una nueva época de dólar débil a nivel global.

José Ignacio López Director de Investigaciones Económicas Corficolombiana

Perspectivas del dólar para 2024

El panorama para el dólar, y en particular para el peso colombiano, durante 2024 estará caracterizado por la alta incertidumbre. La suerte del dólar a nivel global dependerá en buena medida de la probabilidad de ocurrencia de una recesión fuerte en Estados Unidos, el desarrollo del conflicto en Ucrania y la tímida recuperación económica en China. Por otra parte, el tipo de cambio peso-dólar estará sujeto a las dinámicas locales relacionadas con la capacidad del gobierno de tramitar su agenda de reformas económicas, y la capacidad del país de atraer nueva inversión extranjera.

Desde el frente externo, las expectativas de una recesión fuerte en Estados Unidos se han venido moderando gradualmente en la medida que el proceso desinflacionario ha sido consistente con unos indicadores de la actividad real resilientes al marco de normalización monetaria. La fortaleza del mercado laboral y una convergencia lenta pero sostenida de la inflación núcleo a su objetivo del 2% han mitigado la aversión al riesgo global y, en consecuencia, han aumentado el apetito por activos emergentes incluidas las monedas latinoamericanas.

No obstante, de cara a 2024, las menores expectativas de recesión fuerte en Estados Unidos no deben confundirse con una nueva época de dólar débil a nivel global. En su lugar, debería resaltarse la capacidad excepcional de la economía estadounidense por evitar la recesión más esperada de todos los tiempos sin ir en detrimento de los indicadores macroeconómicos más relevantes. En contraste, no es seguro que esta misma suerte acompañe a territorios de otras latitudes como es el caso de la zona euro o de China, que han tenido que lidiar con una serie de dificultades para mantener el barco de sus economías a flote.

Por una parte, la guerra militar en Europa del Este se mantiene vigente y una prueba de sus efectos adversos se refleja en la no renovación del acuerdo para comercializar granos a través del Mar Negro entre Rusia y Ucrania. Incluso, recientemente se han conocido noticias sobre nuevos ataques al puerto de Odesa, lo que pone en entredicho la seguridad alimenticia y energética de la región. En cuanto a este último punto, aunque el precio de los futuros de gas natural se ha abaratado sustancialmente frente a los máximos registrados a mediados de 2022, la curva de vencimientos a 2024 anticipa que los precios se mantendrán casi dos veces por encima de lo que se negociaba en enero de 2022, previo al conflicto geopolítico.

De manera que, si bien un invierno menos hostil de lo habitual y un volcamiento hacia un mayor consumo transitorio de otras fuentes de energía como el carbón han disminuido las presiones de corto plazo, aún el panorama económico luce retador mientras el conflicto militar en Ucrania siga latente. En China, por su parte, el impulso de la reapertura económica de comienzos de año ha ido desvaneciéndose y, sumado a las fragilidades financieras de su mercado inmobiliario y la tímida recuperación de la demanda interna, sugiere que las perspectivas de crecimiento para el próximo año seguirán siendo modestas.

Así las cosas, este panorama internacional no permite anticipar con claridad un escenario de debilidad del dólar para el próximo año. Si bien las monedas latinoamericanas se han visto favorecidas durante el primer semestre de 2023 por los amplios diferenciales de tasas de interés frente a Estados Unidos; las discusiones durante el último semestre de 2023 y buena parte de 2024 girarán en torno al proceso de recortes en las tasas de interés de las economías latinoamericanas -en la medida que los retos al crecimiento y el proceso desinflacionario así lo demandan-. Aunque la fortaleza del mercado laboral norteamericano ha alejado los fantasmas de una recesión severa, también ha impedido que la Fed logre contemplar recortes sustanciales en la tasa de interés al menos hasta el 2T24. Este contexto de tasas altas por más tiempo, sumado a un proceso de recortes de tasas en Latinoamérica configuran un escenario ideal para que las monedas de la región pierdan parte de su vigorosidad en 2024.

Sin embargo, no todo es negativo y el proceso de corrección del déficit de las cuentas externas y los precios de las materias primas, que no han sufrido las desvalorizaciones habituales observadas en otros ciclos de bajo crecimiento económico global, continuarán amortiguando los posibles choques provenientes del contexto internacional en América Latina. Por una parte, los indicadores de comercio internacional del primer trimestre de 2023 dan algunos indicios sobre lo que puede ser el rumbo de esta cuenta para el resto de este año y el próximo: Un proceso de reducción del déficit comercial de bienes tras un desplome en las importaciones como respuesta al endurecimiento monetario y un abaratamiento en el costo de los fletes que ha mejorado el comportamiento de la cuenta de servicios.

Así mismo, el precio del petróleo ha logrado mantenerse por encima de los 70 dólares por barril en la época más álgida de la contracción monetaria global. Tendencia que esperamos se mantenga durante el próximo año.

En el frente local, los contrapesos ejercidos por las instituciones a las reformas económicas radicales tramitadas en el legislativo han impulsado el rendimiento de los activos financieros colombianos. En este sentido, el castigo que venía incorporando el peso desde inicios de noviembre respecto a los pares regionales ha venido reduciéndose de manera significativa en lo corrido del año.

Sin embargo, al mismo tiempo la ausencia de un rumbo económico claro y la creciente percepción de inseguridad a la hora de ejecutar proyectos de inversión en territorios periféricos amenazados por el conflicto armado, amenazan con presiones de depreciación de segundo orden en el mediano y largo plazo.

Con todo, esperamos que el tipo de cambio USDCOP oscile entre los $3.800 y $4.500 en 2024. El amplio margen hace justicia a las fuentes de incertidumbre que provendrán desde el frente externo en uno de los años más retadores para la economía internacional. Además, da cuenta de los grandes desafíos que deberá afrontar la economía local para pilotar el avión en medio de vientos cruzados.

DÓLAR

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2023-10-29T07:00:00.0000000Z

2023-10-29T07:00:00.0000000Z

https://laopinion.pressreader.com/article/284155045732799

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