Mensaje para empresarios y futuros gobernantes

Quienes lleguen a la Alcaldía de Cúcuta y a la Gobernación de Norte de Santander tendrán iniciativas para patinar con un Gobierno que le urge, precisamente, ejecutar.

Nuestro sistema democrático nos impone el desafío de re imaginar cada cuatro años el futuro de ciudades y departamentos, en un entorno de innumerables obstáculos que se deben sortear para ver las semillas florecer.

Por si fuera poco, interiorizamos tanto las letras del himno departamental (“¡Del norte bravos hijos!”), que vivimos peleando entre nosotros mismos, olvidándonos de que el trabajo en equipo es una forma de sacrificar “la vida por la gloria”. Quizás por eso vemos que otras regiones avanzan a una mayor velocidad.

La recuperación pospandemia y la expectativa que trajo la reapertura fronteriza explicarían resultados empresariales plasmados en esta revista y mejoras en los indicadores de empleo y formalidad laboral. Buena noticia en una ciudad acostumbrada históricamente a estar dentro de las peor ranqueadas en estas mediciones.

Mantener la luz de esperanza es una obligación de los empresarios y de quienes compiten por la Alcaldía de Cúcuta y la Gobernación de Norte de Santander. Hacerlo requiere de priorizar y construir sobre lo construido, dejando de lado otras diferencias.

Construyendo sobre lo construido

La realidad en los procesos de asignación de partidas regionales es que les va mejor a municipios y departamentos que llegan con proyecto estructurado al Gobierno Nacional. Como nosotros solemos fallar en esa tarea, los recursos se van para regiones que avanzan más rápido que la nuestra.

Por fortuna, en esta ocasión ya están radicados en oficinas de Bogotá los proyectos del Sistema Estratégico de Transporte Público del Área Metropolitana de Cúcuta y el de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales. Además, están en camino la conexión de la ciudad con el sistema Nacional de Transporte de Gas Natural y el Policlínico de Atalaya, dos iniciativas construidas con Findeter y que son conocidas por el actual Ministro de Hacienda.

Asimismo, se debe continuar el impulso por mejorar la conectividad vial en los tramos de Cúcuta- Tibú- (La Gabarra y Convención) y Cúcuta-santiago-salazar. Vías mejores permitirían ampliar la frontera agrícola.

Estas iniciativas le aportan a la competitividad y el bienestar de los habitantes de la región. Especialmente si consideramos que aún nos movilizamos con estándares del Siglo XX, estamos en deuda ambiental con nuestros ríos, requerimos mejorar el suministro de gas de más de un millón de nortesantandereanos y precisamos tener puntos de atención de salud más cerca a los ciudadanos.

El desarrollo empresarial

Las obras no son lo único en lo que podemos sumar. Las regiones que desean crecer, requieren promover ejercicios de priorización que permitan sofisticar y diversificar su aparato productivo. Es decir, incrementar la productividad de las actividades económicas existentes y producir nuevas que generen mayor valor.

Un buen punto de partida es apoyar las iniciativas clúster que están en cabeza de la Cámara de Comercio de Cúcuta: construcción, turismo, moda y agro. A partir de allí definir intervenciones de “de la puerta hacia adentro” y “de la puerta hacia afuera” de la empresa.

Las primeras son medidas de extensionismo tecnológico o fortalecimiento empresarial, las segundas incluirían ruedas de negocios, ferias de empleo, ajustes normativos o el desarrollo de infraestructura logística.

En el libro “Iniciativas Clúster”, publicado por Marco Llinás Vargas, está un buen resumen para impulsar esta agenda. En ese texto se destaca la necesidad del apoyo y la coordinación entre el Estado, universidades y empresarios, bajo la sombrilla de una empoderada Comisión Regional de Competitividad, que sea lugar de encuentro de todos los actores de ese ecosistema.

Inmersos en el ciclo electoral, los empresarios son decisivos a la hora de impulsar con criterio técnico visiones de largo plazo

El futuro

Inmersos en el ciclo electoral, los empresarios son decisivos a la hora de impulsar con criterio técnico visiones de largo plazo. Como el ejemplo empieza en casa, sería lamentable revivir un pasado cercano en el que nos tomamos tres años decidiendo el porvenir de Comfanorte y la Cámara de Comercio de Cúcuta.

Construir los sueños consignados en esta columna requiere dejar de lado egos, asignar recursos, priorizar, empujar, cumplir con el séptimo mandamiento, concertar, tomar decisiones impopulares y olvidarnos de inventar problemas nuevos. Ya suficiente tenemos con los viejos que no hemos podido solucionar.

Solo así veremos florecer la semilla del desarrollo en una región que, en estos asuntos, necesita demostrar que es cierto eso que dice que “del Norte bravos hijos”.